Vivimos con más luz de la que necesitamos

Una de las dudas más frecuentes entres los usuarios es si el LED supone realmente un avance en la iluminación de espacios y ambientes. Se habla de economía, de menos consumo, de durabilidad...pero uno de los factores que se acostumbra a obviar, es el de la potencia efectiva.

Si entramos en un local comercial iluminado con LED, apreciaremos en la mayoría de los casos, un nivel de luz inferior al que estamos normalmente acostumbrados. Si instalamos LED en casa, notaremos rápidamente que el umbral de potencia no es el mismo que el de las lámparas que teníamos previamente instaladas, a no ser que multipliquemos las unidades, claro.Con esto no queremos decir que el LED no sea válido, sino todo lo contrario. De hecho la tecnología hace que esa efectividad sea cada dia mayor. 

En los países del centro y norte de Europa, los hogares utilizan un sistema de iluminación idéntico al nuestro pero con una sutil diferencia: el umbral de luz es mucho más reducido. Así, las bombillas de esas zonas geográficas, o son menos potentes o son en su mayoría LEDs. ¿Qué significa eso?

Pues sencillamente, que en el resto de países no necesitan esas cantidades de luz a las que aquí estamos acostumbrados. Ya sea por nuestra cultura de Sol o por nuestra forma de ser, los españoles despilfarramos, sin saberlo ni necesitarlos, millones de lúmenes innecesarios en nuestros hogares.

Con menos luz, podemos vivir igualmente sin que cambie nada en absoluto. Cuando se pusieron de moda en los años 80 los halógenos ojos de buey, nos lanzamos a instalarlos incondicionalmente en nuestros hogares. ¿Necesita un pasillo de 6 metros estar iluminado por 300W de luz?...Es tan sencillo como hacer una prueba. Te darás cuenta de que no solo no necesitas tanta luz, sino que tu factura disminuye considerablemente.

Aunque cada vez se asemejan más a las bombillas tradicionales, hoy en dia el LED es una gran opción, pero no solo por su reducido consumo o su durabilidad, sino precisamente porque emite menos luz que las bombillas y lámparas clásicas. Justo la luz que necesitamos. Ni más, ni menos.