La importancia de una lámpara en nuestra vida diaria

En nuestro día a día tenemos cientos de hábitos a los que prestamos normalmente poca atención. Acciones como encender o apagar la luz de una lámpara, son hechos que ya están incorporados en nuestro subconsciente y que hacemos de forma automática.

Quizás por eso, porque no les prestamos apenas atención, no nos damos cuenta de su importancia...

Pero resulta que gracias a la luz de esa lámpara, vemos nuestra realidad, observamos nuestro entorno y somos capaces entonces de hacer y deshacer según nos convenga. Gracias a esa lámpara podemos disfrutar de nuestro rato de lectura, comer en familia o maquillarnos antes de irnos de copas.

Es por la luz de esa lámpara que nos encandilamos viendo a nuestro bebé sonreír  o que podemos estudiar una carrera universitaria a la luz de un buen flexo de escritorio. Que podemos lavar los platos, abrazarnos unos a otros o no estrellarnos contra una pared al ir al servicio.

Gracias a la luz de nuestras lámparas, podemos también jugar una partida de ajedrez, celebrar mil cumpleaños y tomar decisiones importantes o no importantes. Podemos entrar y salir de casa, saber a qué hora llegan nuestros hijos de madrugada y tomar un delicioso café con leche al lado de la persona que más queremos en el mundo.

Quizás una lavadora, un lavavajillas, un secador de pelo o un aspirador, nos proveen de comodidad y de ciertas ventajas, pero es indudable que de todos los aparatos que tenemos en casa, la lámpara es la más polivalente y la que nos ayuda, día a día, a poder vivir disfrutando de cada segundo.

En ILUMINABLE, queremos agradecer a las lámparas su utilidad y su importancia. Porque a veces, en lo más simple, se encuentra todo aquello que necesitamos.