La iluminación en las películas de terror

Las películas de terror tienen como fin estremecernos. Para ello utilizan miles de efectos especiales como el vestuario, el attrezzo, la música y como no, la iluminación. Podríamos decir que la luz es, en este tipo de películas, determinante.

Para empezar las películas de miedo utilizan el recurso de la luz en penumbra o de intensidad reducida. De ese modo, los ojos del espectador no tienen un lugar de referencia al que mirar, con lo que es mucho más fácil sorprenderlo con un buen susto. Si la pantalla es negra o casi negra, no nos distraen otros elementos de la escena y a la vez nuestro cerebro quiere anticiparse ala aparición de cualquier cosa o sorpresa en plena oscuridad.

La luz oscura, tenue o en penumbra, no es la luz a la que el ser humano está acostumbrado. Cuando no existe una intensidad determinada, los mecanismos de alerta del miedo se activan y ello provoca la secreción de determinadas hormonas que aceleran nuestro ritmo cardíaco, aumentan nuestra sudoración y como no, nuestra ansiedad.

Si el lector se ha fijado, normalmente los personajes de las películas de miedo, además de su caracterización y vestuario, acostumbran a ser iluminados desde abajo, eso es, desde lo que se llama en iluminación un ángulo nadir.  Piensen en la típica ama de llaves del castillo con un candelabro en la mano. El efecto terrorífico de este tipo de iluminación tiene su fundamento en que el ser humano está acostumbrado a ver los objetos iluminados desde arriba, la luz cenital (luz del Sol). Nuestro cerebro reacciona de forma normal a los rostros y realidades iluminadas cenitalmente, pero no sucede eso cuando iluminamos un rostro desde abajo. ¿Porqué? Muy sencillo, la iluminación cenital (desde arriba) produce sombras hacia abajo. La iluminación nadir (desde abajo) produce sombras en el rostro hacia arriba, es decir de forma irreal, y es en este hecho atípico para nuestro cerebro, en el en que se produce el terror: en lo no habitual.

Proponemos una prueba a los lectores. Cojan una vela o linterna, enciérrense en el baño y apaguen la luz. Enciendan la vela e iluminen su rostro desde la barbilla hacia arriba. A ver quien sale antes corriendo del baño de todos nuestros lectores...

Otro de los efectos muy utilizados es el del contraluz, luces que provienen de detrás del protagonista, dejándolo en completa silueta y sin posibilidad de reconocer sus rasgos.

Finalmente recomendamos tener en cuenta esta curiosidad a la hora de iluminar nuestro hogar, ya que podemos conseguir múltiples efectos (no terroríficos claro) situando los puntos de luz en un lugar u otro.